“La vida es como una caja de bombones: nunca sabes lo que te va a tocar”, decía la madre del protagonista de una película que es ya un clásico. Le faltó decir algo a dicho personaje, me atrevo a señalar: todos los bombones pertenecen a la misma caja. Esto es, en la vida, independiente de lo que nos “toque”, todo está vinculado de alguna forma mayor que no entendemos. Esa es la primera impresión que siento tras cerrar el libro en el que se centra esta reseña.
No lo he dicho aquí, aunque tal vez por el tenor de mis reseñas se intuya, pero me gusta el cuento. De todas las formas de la narrativa es quizás la que más me gusta. Y hay ciertos libros de cuentos que me dan la impresión de ser escritos por fantasmas. Hay algo extraño en ellos, no necesariamente temible, y sin embargo dan cuenta de una mirada difícil de encontrar en mucha gente. Algo que se ve desde afuera y adentro a la vez.
Algo de eso encontré en la quieta belleza de “La muerte viene estilando”, de Andrés Montero. Hay libros que hablan hacia lo grande, y me gustan. Sin embargo, también hay libros que, independiente del escenario donde se desenvuelvan, hablan desde la intimidad. Mucho de eso tiene este volumen de seis cuentos donde, pese a no ser una novela, todos los textos están vinculados por sus personajes, sus historias particulares y su relación con la caleta y el fundo Las Nalcas, escenarios donde se desenvuelven estas historias que, en verdad, son parte de una historia mayor.
Y lo mejor de estas historias no son la habilidad con que Montero arma la trama general que narra, que ya es muy bueno, sino la emoción y la belleza con que desenvuelve cada una de ellas. La rabia, la venganza, el recuerdo, la amistad y el destino, entre otros, se van entrelazando como las hebras de los ponchos que teje Eulalia, uno de los entrañables personajes del compendio, y que tiene uno de los momentos más reveladores y hermosos del libro, ya cerca del final. En resumen, un libro bellísimo, que me recuerda en ciertos aspectos a lo fantasmagórico de Juan Rulfo y a lo íntimo y querible de Oscar Castro, donde la muerte es uno de los hilos principales y donde es a veces un referente, un oscuro temor y, en las últimas páginas, una envidiosa. Un gran libro desde la primera palabra a la última.
Y bueno, escoger un libro también es como una caja de bombones: nunca sabes lo que te va a tocar, y todos los libros son parte de lo mismo. Lo que importa es qué se escoge. Y si se remite a esta reseña le aseguro que habrá escogido bien.
La muerte viene estilando
Andrés Montero
La Pollera Ediciones