En 1978 se inició el servicio de bibliotecas al interior de los recintos penitenciarios chilenos. Antes, sin duda, hubo bibliotecas y sitios de lectura, pero a partir de ese año comenzó el trabajo de profesionales del área en esos espacios. Desde entonces ha corrido mucha agua bajo el puente, con periodos de luz y sombras; en los últimos 8 años de la mano del Programa de Biblioredes, del Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas; hubo un impulso notorio.
Para conocer de la historia de este trabajo de fomento lector con profundo impacto social, hablamos con Miguel Angel Rivera, Coordinador de Bibliotecas en Recintos Penitenciarios.
A Miguel preguntamos si habían experiencias, en su trabajo, respecto a la utilidad de la lectura como herramienta de rehabilitación, cientos sino miles, nos responde.
De la mano de esta conversación podrás conocer las características de este trabajo; también la manera en que la lectura puede ser una efectiva carta de rehabilitación; o sobre las dificultades y ventajas del trabajo de fomento lector al interior de las cárceles. Acá les dejamos las coordenadas para quienes quieran ayudar y sugerir ideas para el trabajo que se hace por el Fomento Lector en las cárceles chilenas: Biblioredes
Correo: mrivera@biblioredes.gob.cl
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