A los 91 años muere el premiado escritor chileno Jorge Edwards

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Nacido en Santiago el 29 de junio de 1931, fue reconocido por su obra literaria, carrera diplomática y activismo político.

Edwards comenzó su carrera literaria en la década de 1950 con la publicación de su primer libro, «El patio«. Sin embargo, no fue  sino en la década de los ’70 que alcanzó un mayor reconocimiento con la publicación de «Persona non grata«, una novela que relata su experiencia como diplomático chileno en la Cuba de Fidel Castro. Nominado en el cargo de Ministro Consejero de la Legación chilena por el Gobierno del Presidente Allende el escritor se ganó el rechazo del castrismo por hacer causa común con los intelectuales perseguidos por la Dictadura, su rol tuvo un abrupto final cuando el régimen lo declaró persona non grata y los expulsó de la isla.

A lo largo de su carrera, Edwards publicó numerosas novelas, ensayos y memorias, incluyendo «Los convidados de piedra» (1978), «El Museo de Cera» (1981) «El anfitrión» (1987), El inútil de la familia» (2004) y «La casa de Dostoievsky» (2008). En 1991 recibió el Premio Comillas de la Editorial Tusquest por su novela «Adios Poeta» inspirado en las vivencias que compartió al poeta Pablo Neruda

La crítica ha dicho que sus obras se caracterizaron por un estilo elegante y refinado, así como por el interés en temas políticos y sociales.

Además de su carrera literaria, Edwards ha tenido una destacada carrera diplomática, sirviendo como embajador de Chile en Francia y en otros países europeos. También ha sido un activista político, aunque su rol en la oposición al régimen de Augusto Pinochet en Chile no estuvo exenta de polémicas.

Nuestro medio recibe con tristeza y nostalgia la noticia de su fallecimiento, sin duda uno de los escritores más importantes y reconocidos de la literatura chilena y latinoamericana. Su legado literario y su compromiso con la sociedad son indudables, su partida deja un gran vacío en la cultura de nuestro país.

El reconocimiento a Edwards y su obra queda plasmado en los premios que recibió. El 1994 es honrado con el Premio Nacional de Literatura. En 2000 fue galardonado con el Premio Cervantes, al mismo tiempo que el Ministerio de Educación de Chile le entregó la Orden al Mérito Gabriela Mistral.

Su literatura no sólo responde a las diversas facetas que marcaron su personalidad, sino también a los tiempos convulsos y creativos donde le correspondió vivir.

La suya fue una vida singular y de profundas transformaciones, baste para ello iluminar el hecho de que en los inicios de su carrera diplomática el Gobierno de la UP de Salvador Allende le encargó abrir la embajada chilena en Cuba y, a los finales de la misma, se desempeñó como Embajador en Francia, nombrado por Sebastian Piñera.

Fue entusiasta para defender sus puntos de vista, ya sea en el ámbito político o diplomático y también frente al gran debate cultural que marcó el cambio de siglo. Sin duda sus columnas y obra, en general, no dejaron a nadie indiferente y seguirán siendo, por un buen tiempo, insumo para la discusión creativa.

Era, por sobre todo un hombre de letras, sus novelas, ensayos y memorias serán testimonio de su compromiso con la literatura, concibiéndola como herramienta para la transformación social.

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