Hoy quiero hablarte de las bibliotecas y sus colecciones.
Las bibliotecas no tienen solo libros, pueden poner a tu disposición películas, revistas, periódicos, juegos de mesa, música, juegos electrónicos, … en fin. Aquellos dispositivos que contienen información para ti, en los múltiples formatos en que la información está contenida hoy en día, todo eso, constituye la colección de una Biblioteca.
Lo mejor es que esa colección responda a una intención, a una lógica, a lo que llamamos una línea editorial. Es decir, que todos los libros y otros elementos tengan un objetivo. Una biblioteca no es una bodega, donde se almacenan de manera ordenada una serie de elementos; el principal objeto de una bodega es tener las cosas ordenadas, resguardadas y ubicables.
Algunos creen que las bibliotecas son muy parecidas a las bodegas y ponen mucho énfasis en el orden, en el resguardo y la organización, de los libros, por ejemplo. Bueno, por muchos años las bibliotecas fueron eso, algo muy parecido a las bodegas. Pero hace ya un tiempo las cosas han cambiado … y se entiende que ellas son espacios públicos donde ocurren procesos formativos y donde las personas intercambian experiencias; las bibliotecas públicas son lugares en donde, principalmente, existe aprendizaje en clave colectiva.
Pero volvamos a lo de las colecciones y su línea editorial. Por ejemplo una biblioteca asociada a un centro de estudios, de historia por ejemplo, tiene un eje ordenador muy preciso y probablemente la opción de desarrollo de su colección esté marcada por integrar los títulos más recientes de historiografía, de corte investigativo o de divulgación histórica, por supuesto las revistas a las que está suscrita son publicaciones relacionadas con las ciencias sociales u otras áreas vinculadas a la Historia; lo más probable es que sea un lugar en donde se realizan talleres o seminarios de discusión historiográfica, o de la pedagogía de la historia, en fin.
Una biblioteca de un centro de formación musical tendrá una colección con fuertes inclinación por los dispositivos sonoros y los libros y publicaciones, en fin, tendrán que ver con la técnica de ejecución de instrumentos musicales o con análisis de la historia y la vanguardia de la música y, es de esperar, que esa biblioteca, también, sea un escenario para la interpretación y apreciación de ese arte.
¿Nos queda claro a que nos referimos cuando hablamos de la línea editorial de una colección no?
Bien, ¿y una Biblioteca Pública? ¿Qué tipo de Colección debe tener?
Lo más importante, es que la colección le haga sentido a quienes visitan frecuentemente una biblioteca y, en particular, le haga sentido y despierte el interés de aquellos que no van a la Biblioteca. Para que cuando lo hagan no vuelvan a hacerlo una vez al año, o nunca más, sino que vuelvan periódicamente.
Esto significa que la colección debe ser tan diversa como la comunidad que le rodea. Una biblioteca pública debe responder a los intereses de los lectores avezados como de aquellos esporádicos.
Pero más allá de este principio elemental te daré cinco consejos para armar una colección acorde a este principio:
Primero, siempre es bueno contar con ejemplares de obras clásicas, estas quizás sean las más fáciles de conseguir vía donaciones, desde las propias casas de los vecinos y usuarios.
Segundo, generalmente las bibliotecas tienen una importante cantidad de obras de narrativa, en este sentido hay que poner énfasis en la novedad, lo primero es tratar de mantener una oferta renovada, que incluya lo éxitos literarios del momento, que sean exhibidos en un lugar visible, eso garantizará que los libros a disposición están vigentes y son actuales.
Tercero, también es interesante desarrollar las colecciones en orden a la discusión y controversias actuales, contenidas en los libros de ensayo. En este punto, quizás también sea bueno realizar jornadas de discusión en el espacio ciudadano que es también una biblioteca.
Cuarto, destacar la existencia de autores y creadores locales o nacionales, una biblioteca pública debe ser el espacio natural para que los escritores, narradores, poetas, presenten y difundan sus creaciones. Permítanme una digresión, en muchos países hay una organización central de las bibliotecas, que dispone de recursos nacionales y, a veces para bajar costos, de manera centralizada la administración compra volúmenes importantes de libros para todas las bibliotecas del país; este esfuerzo, que se agradece de igual forma, genera colecciones similares, sino iguales para todas las bibliotecas; la manera de romper la uniformidad temática y hacer pertinente una colección es que quienes estén a cargo de las bibliotecas nutran y enriquezcan los títulos que poseen con contenidos propios, que hagan la diferencia.
Quinto y último consejo, pero no por ello el menos importante, lo ideal es que una colección parta de la decisión de los propios usuarios. Para ello se pueden implementar múltiples mecanismos de consulta, pero también de participación y resolución de las y los vecinos que usas las Bibliotecas Públicas. Ten por seguro que, si los y las usuarias, sienten que esos espacios les pertenecen no sólo tendrás bibliotecas llenas de gente y actividades, sino también personas comprometidos con el desarrollo de la colección.
En Libros y Bibliotecas creemos firmemente en que la lectura es un bien social y que, con las políticas públicas adecuadas y un compromiso estatal mediante, las personas, los lectores, podrán ser los verdaderos protagonistas de la gestión de nuestras Bibliotecas Públicas.